Según acaba de publicarse en WIRED, los expertos en cyberseguridad americanos están muy preocupados por una nueva vía de ataques: los dispositivos médicos personales controlados por ordenador (bombas de insulina, marcapasos, desfibriladores etc), muchos de los cuales se controlan a través de wifi.
Han alertado a las autoridades federales de los riesgos reales que dichos dispositivos tienen, habiendo demostrado en diversos estudios la sencillez con que se pueden hackear de forma remota, con el serio riesgo que ello supone para los pacientes.
Por lo que parece, el nivel de seguridad que los fabricantes de estos dispositivos incorporan es muy deficiente, algo que se ve agravado por la ausencia de control de sus vulnerabilidades en dichos dispositivos por parte de los CERT (centros de respuesta ante emergencias informáticas), algo que se propone abordar en un futuro cercano.
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